Por
Fernando Trujillo
El gran legado de los romanos al mundo occidental no
fueron solo sus construcciones majestuosas, los caminos que construyeron o la
historia de su poderío militar, este gran legado fue su mentalidad, la transmisión
de su pensamiento de vida a los pueblos de Europa, pensamiento que influyo (junto
con el pensamiento cristiano) en el
Medievo.
No vamos a andarnos con romanticismos ni con
idealizaciones, el imperialismo de los romanos fue brutal, fue despiadado con
los pueblos conquistados, una cultura que no conocía la misericordia con sus
enemigos tal como demostró al arrasar Cartago.
Era la época en la que no existían los derechos
humanos, ni los activismos de dicha doctrina lanzando su verborrea en redes
sociales, ese imperialismo duro fue lo que impuso el temor y respeto entre los
otros pueblos para los mediterráneos pero también genero su mala reputación en
libros y películas de épocas posteriores que no entendían la mentalidad romana.
Sobre Roma se ha escrito muchas tergiversaciones, mucha basura por parte de
historiadores políticamente correctos.
¿En que consistió esta mentalidad romana? Primero
que nada recordemos que en sus orígenes los romanos se conformaban por clanes
unidos por lazos sanguíneos, un profundo ritualismo militar así como una unidad
tanto racial como espiritual.
Para el romano la gens, la familia era lo
prioritario, el padre era el jefe del clan, los demás miembros de la familia le
debían obediencia, era el padre quien tenía derechos sobre la esposa, los hijos
y podía aplicar el mismo la pena capital a alguno de sus hijos si este
deshonraba el nombre de la familia.
La figura del padre dominaba la cultura itálica, se
le debía el respeto y culto por parte de los otros miembros de la familia, los
antepasados tenían su propio culto dentro de la gens, su religiosidad tuvo como
uno de sus dioses tempranos al legendario rey Rómulo, fundador de Roma y padre
de la romanidad, herencia del patriarcado indo-europeo.
Esto para la mentalidad moderna (relajada y
femenina) le parecerá cruel y lo era pero fue esa dureza, ese autentico
patriarcado que llevo a los romanos de ser una tribu de pastores a ser los
dueños del mundo conocido.
La mentalidad romana se diferenció de la mentalidad
de otros pueblos barbaros en la disciplina, el ascetismo, el ritualismo
religioso y el patriotismo que pronto desarrollaron contrario a otras
civilizaciones que tenían el principio del placer como norma.
El pensamiento romano tenía tres partes vitales: un
amor por la belleza, el arte y la cultura, un amor por la sangre, por la
familia y por ultimo un amor por lo divino, por el mundo del espíritu y lo
sagrado.
Este amor por la belleza llevo a los romanos a
llevar una arquitectura inspirada en la cultura griega, a erigir monumentos a
sus héroes y dioses que hoy el mundo admira, a la literatura de Virgilio al que
el mundo medieval admiraba como máximo maestro.
Esta mentalidad tenía una cosmovisión del mundo como
un lugar mágico poblado de deidades, espíritus y guardianes a los que se les debía
respeto. Cada acto cotidiano tenía una influencia divina y el jefe del clan rendía
un ritual de agradecimiento al espíritu protector de su clan. Antes de comer,
regresando de una batalla, en el nacimiento de un niño, antes de la batalla, en
el amanecer.
Este sincretismo religioso estaba unido a su vida
diaria, una unión entre el mundo material y el mundo espiritual, eran uno para
el romano, no había materia sin espíritu.
Esta cosmovisión religiosa de la unidad entre el
mundo espiritual y terrenal fue parte de la mentalidad medieval que veía el
mundo como una unidad entre lo divino con lo terrenal.
El ideal de Imperium, de orden de los romanos fue
tomado por el imperio bizantino en oriente y más que nada por el Sacro Imperio
Romano Germánico que continuo la tarea de los romanos de mantener este orden
sagrado.
La mentalidad romana genero una verdadera voluntad
de poder, conquistadora que domino la mayor parte de oriente y occidente.
La mezcla entre la cultura y la guerra, la
disciplina y austeridad patriarcal, la voluntad de poder y la unidad tanto
espiritual como racial llevaron a los romanos a destruir a los degenerados
etruscos y fundar una nación dirigida por las principales gens-familias que
dieron origen a la casta de los patricios.
Lamentablemente esta mentalidad sana fue degenerando
con el tiempo, las guerras púnicas contribuyeron al debilitamiento de las
castas patricias. A pesar del triunfo sobre Cartago y sobre otros pueblos de carácter
matriarcal—como la Egipto de Cleopatra—llego la influencia de estos sobre los
romanos.
Es la maldición de los pueblos conquistadores, de
forma consciente o inconsciente toman la influencia de los pueblos
conquistados. En este caso los romanos adoptaron a dioses orientales como la
Isis egipcia, adoptaron ciertas costumbres de pueblos conquistados y el culto a
otros dioses.
La aristocracia patricia pronto se volvió relajada, dejando
de ser un clan de carácter patriarcal y volverse una familia real. El olvido de
la mentalidad patriarcal pronto trajo la decadencia, la sumisión a las fiestas
y placeres, la decadencia de la calidad genética y las traiciones entre
familiares.
El romano primitivo, el pastor itálico brutal, bárbaro,
impetuoso degenero en un ser hedonista, déspota, mentalmente desequilibrado—ahí
tenemos los casos de Calígula y Domiciano—viviendo en orgias y decadencia.
Los emperadores hispánicos aportaron nueva sangre y
continuaron con esta mentalidad romana en la ya degenerada aristocracia,
emperadores como Trajano y Marco Aurelio llevaron al imperio a tener una época de
prosperidad, este último además aporto junto con otros filósofos lo que es el
estoicismo la última parte de la mentalidad romana.
La mentalidad romana influyo en el carácter medieval,
en la disciplina y el ascetismo de los primeros reyes medievales, en el arte y
la cultura del Renacimiento. Esa unión entre la cultura y la guerra que ha
caracterizado las grandes naciones. El ideal de imperium influyo en la España
victoriosa de la Reconquista que unió todos sus reinos independientes en una
sola nación y que llevaron su cultura (tal como Roma hizo) al nuevo mundo.
Nuestra cultura, nuestra arquitectura son parte del
legado de Roma, los pueblos latinos (entendiendo esto los pueblos herederos de
la cultura del Lacio) como los países hispanos y los países del Mediterráneo
tienen este legado romano en su arquitectura, en su forma de vida pero
lamentablemente la mentalidad romana del patricio, del bárbaro itálico se ha
perdido.
Marzo 2015
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